Libeth
Vamos a buscar tu casa, tus libros, tu vida. Tus historias de separada. Elízabeth. Libeth para tus amigos y no tanto. Vamos tras la pista de tu hijo el mago. El que está congelado en una de mis fotos. En una extraña foto esa. Ahí primos, Marcelo y María compartimos uno de sus trucos. Ahora te buscamos a ti. A la madre. A la esposa. A la tía. A la hermana y a la hija. A todas ellas. Hoy supe algo de tus pasos de madre. Me contaron que abandonaste a tus hijos para que los criara otro. Me contaron que te enamoraste de un gringo y que luego partiste a Bolivia a recuperar al padre de tus hijos. Pero fue tarde, porque él ya estaba casado con Eliana, una periodista que no soy yo, ni mi madre. Así que te volviste, con un hijo ajeno entre las faldas. Regresaste al puerto nortino, donde dicen que vives media loca. No de patio, pero loca. Tus hijos crecieron, entre ellos mi primo el mago. Viven cerca tuyo, en el mismo puerto. Pero los tienes lejos. Dicen que no te miran como madre. Eres mala Libeth. Eso habría pensado cuando niña. Cuando madre era todo lo que tenía. Por cosas del azar, podrías haber sido ella. Y ser yo ahora la abandonada por ti. Cosas del azar todas esas. Cosas del azar mi madre, cosas del azar el viaje en que espero conocerte.
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