Estimado
Estimado Don Bernardo. Don Bernardo. Hola. Soy yo. La de la señora tanto. La que te tocó la puerta ese día de mayo. La de la hermana colocolina. La colocolina de galucha familiar. La que no te recuerda de 9 ni de 13. La que te buscó en la guía de La Serena. La que no sabía tu nombre. La que te dice el segundo nombre. La desconocida. La que quería conocer tu cara. Esa pues, esa por la que te devolviste sólo una cuadra.
Aceptarías salir conmigo?
Te invito sin ninguna vergueza. Tiene que ser a donde yo quiera. Te lo advierto. Te lo pido. La invitación es mía. Te la dejaré en una carta que escribiré mañana luego de escuchar tu voz al otro lado del teléfono. Si no quieres no contestes. O si, mejor contesta y lee mi nombre en voz alta. Que te escuchen todos los que están contigo. Quiero que me cuentes tus cuentos. Si quieres me los inventas y jugamos a que te creo. Pongo mi mejor cara, eso lo prometo.