lunes, febrero 26, 2007

Ninguneando


Par de rubios de jolgorio. Pobres chinos de estación. Entre la pobreza ruina de tés y cigarros se nos va la vida negra. Se nos pasan cuarentas y cuarententas y tantas penas. Llegan veinte y se nos escapan más de treinta. Y ahí quedamos, negritos los tres. Comiendo sueños. Viajando historias. Rumiando todo eso que nos asusta y también nos gusta. Desdichados pobres chinos, pero cargados de la fortuna y desgracia que se nos queda pegada por ahí con el azúcar de los sawers de trasnoche. Ahí, compañeros, complices de tanta ruina, brindamos con la cara llena de risas solitarias. Porque al final del día quedamos los tres pelmazos, agotados de esa vida que ninguneamos.